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Fotografía de bodas: cómo vender álbumes del gran día
16 febrero 2023
Si preguntamos a cualquier fotógrafo de bodas ¿por qué elegiste esta profesión?, la gran mayoría de nosotros mencionamos primero la palabra Pasión.
"Pasión por nuestro trabajo"
Esta profesión sabemos que tiene que ir de la mano de esa ilusión, de esas ganas de contar historias, encontrar detalles, reflejar instantes únicos el día de una boda. Metidos en este mundo creativo, muchas veces se nos olvida que además de ser artistas también llevamos de la mano nuestra empresa, y que el fin último de una marca es generar beneficios. Que a final de año los números sean positivos y podamos invertir en equipo fotográfico y formación para ser cada vez mejores, pero también para descansar y disfrutar de nuestra vida personal.
Lógicamente lo primero para nosotros, los fotógrafos de boda, es encontrar nuestro propio lenguaje, formándonos, experimentando, asistiendo a talleres de fotografía… Pero cuando ya tenemos todo eso muchos nos damos cuenta que hemos descuidado la parte empresarial si no teníamos una estrategia marcada de antes.
Aparte de lo que cobremos por nuestros servicios, por nuestro tiempo y conocimiento el día de la boda, está claro que una forma de aumentar esos ingresos es la posventa de nuestros servicios.
Yo me di cuenta de que una parte importante de nuestro ingreso puede venir de la venta de los álbumes de boda. Digo álbumes porque creo que no debíamos conformarnos con la venta de un álbum principal. Hay muchas opciones para multiplicar los números a final de año y que nos cuadren las cuentas.
Hay una frase que dice que el mejor vendedor es el que no necesita vender. Si aplicamos esto a nuestro proceso de venta, al final nuestras parejas compran los productos de manera orgánica.
Mi intención a la hora de que contraten no es la venta del álbum, obviamente lo que quiero en primer lugar es que las parejas se enamoren de mi fotografía y mi lenguaje. Pero si además ven que tenemos un buen producto final para sus recuerdos hay muchas posibilidades de que quieran ver sus imágenes plasmadas en un álbum.
La mayoría de fotógrafos de bodas se definen como contadores de historias. Yo mismo lo explico así en las reuniones con los novios. De hecho, no concibo la primera cita con las parejas para que me cuenten cómo va a ser su boda y qué esperan del fotógrafo, sin mostrarles uno de mis álbumes. Es algo tangible que pueden tocar. Mientras pasan las hojas del álbum para ver las imágenes impresas, es mucho más fácil que entiendan el valor de la fotografía. Han podido ver mis imágenes en la web y redes sociales, pero abrir un álbum, tocar el papel… es una experiencia más completa.
Eso me hace pensar cuando nuestros padres nos leían de pequeños cuentos antes de ir a dormir. Para mí el álbum de boda es muy parecido a ese cuento que enseñarán a sus hijos los recién casados en el futuro. La historia de unos de sus mejores días es el mejor recuerdo.
Si vemos así el álbum de bodas la venta de éste pasa de ser una necesidad nuestra para rentabilizar el trabajo a plantearlo como la mejor opción para que el día de mañana puedan conservar intacto uno de los días más felices de su vida.
Cada pareja es un mundo, con diferentes gustos y preferencias por la fotografía. Darles un variado abanico de opciones es la clave.
Yo en mis tarifas ofrezco un paquete básico que incluye solo fotos; y otro paquete en el que incluyó el álbum, junto con más servicios, como la preboda o postboda, etc. El dar ya la idea de que si compran varias cosas el precio es más asequible para ellos, que comprándolo por separado, hace que la mayoría de las parejas compren ya su álbum de boda sin ni siquiera haberse producido la boda.
Otra idea para aumentar nuestros ingresos es el álbum de firmas para el día de la boda. Yo se lo ofrezco a las parejas con las que hago una sesión de fotos de preboda. Además, me parece una idea muy buena para que otras parejas que se vayan a casar en el futuro y asistan a esa boda vean mi trabajo. Esto puede ayudar a que pregunten por nuestros servicios y los novios de ese día nos recomienden.
A veces ocurre con parejas que no contrataron el paquete con álbum, que pasados los meses, el novio o la novia me contactó para regalárselo a su pareja por Navidades, en su cumpleaños o aniversario. Comentar esta opción en la reunión previa con los novios puede ser interesante. También hay novios que en principio solo piensan en comprar el álbum principal, pero yo siempre les cuento que regalar una réplica de álbumes a sus padres puede ser un detalle muy bonito para ellos. Al final estoy convencido de que para ellos ese recuerdo será más valioso que cualquier otro regalo.
Una buena estrategia para los que no tenían pensado comprar el álbum en un principio es darles una prueba de maquetación, para que puedan imaginar cómo se verían sus recuerdos plasmados en papel. Esto no nos llevará mucho tiempo, todos sabemos que existen aplicaciones para maquetar los álbumes en cuestión de minutos teniendo ya las fotos seleccionadas.
Dar la posibilidad de incluir pliegos extra en los álbumes es fundamental para rentabilizar la impresión. Como decía antes, no tiene que ser forzado, pero si el álbum mejora con fotos más grandes y por tanto más pliegos totales, eso repercute no solo en la satisfacción de nuestro cliente, sino en nuestras cuentas a final de año.
El secreto es buscar que nuestro cliente se sienta feliz de nuestro trabajo, con sus bonitos recuerdos plasmados de forma tangible en un álbum. Y a la vez que nosotros veamos que nuestros ingresos crecen a la par que la satisfacción de nuestros clientes.
*Todas las fotografías son de Jose Ignacio Ruiz.